El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, está bajo fuego por aceptar regalos y donaciones, incluyendo ropa de lujo y beneficios de hospitalidad, de un empresario adinerado. La controversia ha provocado indignación pública, con muchos cuestionando la ética de un primer ministro en funciones recibiendo tales obsequios. Starmer ha defendido sus acciones, insistiendo en que no ha hecho nada malo. El tema se ha convertido en una distracción significativa antes de la conferencia del Partido Laborista, donde se espera que Starmer aborde el creciente descontento. El escándalo amenaza con socavar su liderazgo en un momento crítico para el partido.
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El primer ministro de Gran Bretaña, golpeado por una disputa sobre regalos gratuitos, necesita urgentemente un reinicio.
El primer ministro Keir Starmer está bajo presión para darle a un público ya desilusionado algunas buenas noticias cuando hable en la conferencia del Partido Laborista el martes.