El gobierno de los Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump y el secretario de Comercio Howard Lutnick, ha confirmado que las nuevas y amplias tarifas entrarán en vigor el 1 de agosto, sin más extensiones ni períodos de gracia. La administración está utilizando la inminente fecha límite como palanca en las negociaciones comerciales de alto riesgo, especialmente con la Unión Europea, que está luchando por asegurar un acuerdo para evitar nuevos aranceles elevados. Los recientes acuerdos con Japón se ven como un posible modelo para un acuerdo con la UE, pero los funcionarios estadounidenses insisten en que solo una oferta "suficientemente buena" evitará los aranceles. La tasa base de aranceles se establece en un 10%, con la posibilidad de tasas mucho más altas en ciertos bienes y países. La postura inflexible marca un cambio respecto a las demoras anteriores y señala una nueva fase en la política comercial de EE. UU., con importantes implicaciones económicas y políticas a nivel mundial.
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